sábado, 8 de febrero de 2014

SUPERNAR DE HUACHO



            SUPERNAR DE HUACHO

Supernar es una inteligente y acertada obra que lleva aproximadamente tres años de publicada por fascículos en Huacho; su autor, el huachano Harold Pinedo Martínez, fue además su editor inicial. Relacionar a Huacho con el cómic  puede parecer una mención de excepción sin embargo, esta ciudad  tiene importantes pasos dados en este arte; el primer cómic editado en Huacho fue “La mano del muerto” (2001) de Víctor Pinedo (Vipol), hermano mayor de Harold, quien además pertenece al importante grupo local de producción de historietas Taller Loading, espacio creativo donde nació Supernar, siendo su colorista Ángel Cueva Rodas.

A la fecha el personaje es reconocible y estimado no solo en su ciudad natal sino que además ha sido bien recibido en los espacios feriales donde se ha presentado en diferentes ciudades. La gran dimensión del personaje radica en que su fantasía ha podido sintonizar cabalmente con niños y adultos. La compilación de las aventuras de Supernar aparece ahora editada como segundo volumen de la colección Avatares de Ediciones Altazor, la primera editorial peruana que apostó por el cómic de autor el año 2000 con la edición de la célebre revista “La Inocente Hecatombe”.

De todas las parodias y alusiones que se han construido a partir del hombre de acero, ninguna más inmensa que la genial obra española Súper López, creada por Juan López Fernández (Jan) en 1973 a encargo de la editorial Euredit. Si bien el componente paródico y de humor disparatado es un fuerte parentesco, en el caso de Súper López la alusión es referencial, y se da a partir de un personaje de la clase media española que en medio de sus frustraciones adopta imaginarse ser un superhéroe y sus vicisitudes empiezan a presentarse a partir de gags visuales.


Supernar está dibujado con un trazo expresivo acorde al tipo de humor que cuenta y  presenta una puesta en página cuyo  ritmo esta marcado por la acción en certera armonía con el desarrollo de los diálogos con los cuales se construyen las episódicas situaciones narrativas. La torpeza por la cual no le salen bien las cosas al héroe es una línea argumental elemental y de mucha reiteración en la creación narrativa universal, construir una buena historia a partir de esta trajinada línea argumental es uno de los más importantes méritos de Supernar.

En Supernar encontramos rápidamente que la lectura se nos plantea cargada de un fino humor inocente y poco a poco vamos encontrando a la par un simbolismo irónico bastante adulto y sobre todo muy propio de la idiosincrasia peruana. Una imitación del superhéroe norteamericano más importante llega de Estados Unidos a nuestra capital por ese deseo norteamericano de querer controlar todo, incluso hasta las imitaciones de sus productos. El orden capitalino temeroso del control de justicia que pueda traer la llegada de este personaje, y ajeno a la preocupación del bienestar ciudadano, se deshace del paquete enviándolo a Huacho: “Como siempre los que pagamos el pato somos los provincianos”.

El personaje se va construyendo por su acumulación fracasos que lo llevan fácilmente a convertirse de héroe a victima, siendo su peor enemigo su propia torpeza. “Querido por pocos y odiado por muchos”. En este sentido el lector no llega a identificarse con el personaje, pero sí con su universo de contradicciones y sinsentidos. El personaje se va haciendo más próximo mientras va resolviendo los sinsabores que se le presentan como salir de la cárcel pagando coima o mientras nos va presentando lo desarticulada de nuestra realidad, donde el principio de autoridad y de orden social son elementos susceptibles para irónicas tomadas de pelo; no nos resulta ajeno contemplar en clave de humor que las soluciones se presentan como causantes de nuevos problemas.

La presentación del contexto local de la historia del “hombre con tanga” se desarrolla muy bien a partir de la presentación de situaciones cercanas  y sobre todo de antagonistas reconocibles: “Los Malditos de Huacho”, “Yacunta” el chamán huachano que emerge de la laguna La Encantada y el “Roba Puerta”  un delincuente creado a partir de un estigma social. Padecer esta realidad le significa a Supernar ir haciéndose Huachano en su interpretación de la misma y con ello universal.


El nombre Supernar es una interrogante sin resolver en la obra, sin embargo encontramos algunas pistas que nos permiten llegar a conjeturas: la firma del autor es Nar y el cartel publicitario ubicado en la parte superior de un edificio dice “Tomar Nar Kola es dañino”, suficientes pistas para imaginar placenteramente lo que no se nos cuenta todavía.

 Carlo Gonzales Ocampo


Harold Pinedo Martinez, autor de Supernar

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