miércoles, 20 de marzo de 2013

Una aproximación a las historietas durante el tiempo de la violencia interna (investigación de Marco Antonio Sotelo*)

"La violencia es una realidad tan presente en la vida cotidiana, tan estudiada y recreada desde todos los ángulos del saber" 
- Florentino Moreno Martín

Violencia política percibida como proveniente de lo Subversivo y el gobierno. Carlos Tovar (1982). Publicado durante el segundo años del segundo gobierno de Fernando Belaunde, años del surgimiento del grupo terrorista Sendero Luminoso. Es muy interesante este análisis del conflicto por parte del historietista. Pues ve lo que sería confirmado por la CVR muchos años después: las principales víctimas de la guerra interna. 


Como dice María Eugenia Moyano García (2009) en su tesis sobre Los efectos psicosociales de la violencia política Entre los años 1980 y 2000, el Perú vivió el fenómeno de la violencia política a través del conflicto más largo y de mayor impacto en su vida republicana. La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), instancia nacional encargada de esclarecer el proceso, los hechos y las responsabilidades de la violencia terrorista y de la violación de los derechos humanos producidos en el Perú, identificó 23,969 muertos y desaparecidos, y estimó una cifra de 69,280 víctimas fatales durante los 20 años de violencia. (Moyano, 4)

En un escenario de violencia de este tipo, resulta inevitable que se produzcan diversas representaciones de la misma. Pues, todos los productos culturales del ser humano -en todas sus manifestaciones- siempre han representado como uno de sus temas recurrentes la violencia. Consideremos simplemente la violencia manifestada en algunas de las obras más importantes de la literatura universal, como la Ilíada, de Homero; Los miserables, de Víctor Hugo; en obras fílmicas como El Padrino, Apocalipsis Now, o La Naranja mecánica; historietas como Wachmen, Maus. 

En el caso de la historieta, las representación de la violencia, como también en los films y las novelas, son una condición casi imprescindible, dada su condición generadora (sea como causa, consecuencia, manifestación, etc.) de un conflicto que ha de desarrollar. De ahí que la banalización, la apología, la normalización o la estilización de la violencia, sean riegos constantes en los que pueden naufragar muchas historietas (en algunos casos, estos riegos no son evitados, en tanto en otros, se busca esto para favorecer un consumo constante de la violencia llevada a niveles de normalización estética). Pero no toda novela, filme o historieta busca ser protagonista de un consumo indiscriminado, en muchas ocasiones se pretende otros objetivos, apelando a las diversas funciones que ofrece un lenguaje (López Degregori, 2000), como, por ejemplo, condicionar una reacción de parte del receptor (función apelativa), buscar la exteriorización de sus actitudes, de sus sentimientos y estados de ánimo, así como la de sus deseos, voluntades, nivel socioeconómico y el grado de interés o de apasionamiento (función expresiva), propósito estético (función poética) entre muchos otros. Las manifestaciones que se pueden considerar como superiores en campos tan variados como la novela, los films y, desde luego, la historieta, han evitado la simplicidad y han sabido tener la capacidad de ser apreciables en múltiples niveles, más allá del simple entretenimiento (a sabiendas del autor o no). Todo lo anterior aplicado a la representación de la violencia en sentido general, es aplicable a la representación de la violencia política en particular, para el caso de la historieta peruana.


* SOTELO MELGAREJO, Marco Antonio, (2013) “Representación gráfica de la violencia política en el Perú 1980-2012: Una aproximación a las historietas durante tiempo de violencia interna”, Pacarina del Sur [En línea], año 4, núm. 14, enero-marzo, 2013. ISSN: 2007-2309. Consultado el jueves, 21 de Marzo 2013. Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/home/pielago-de-imagenes/626-representacion-grafica-de-la-violencia-politica-en-el-peru-1980-2012-una-aproximacion-a-las-historietas-durante-tiempo-de-violencia-interna

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