jueves, 6 de enero de 2011

PIURA: REPORTEROS.INFO - EL CARICATURISTA QUE MONTA EL EXITO


PERFIL, BURRADAS EXITOSAS
LUIS CÓRDOVA RUMICHE, EL CARICATURISTA QUE MONTA EL EXITO
Por Melody Canales 26/11/2010
http://www.reporteros.info/2010/11/perfil-burradas-exitosas.html

Los primeros asnos que llegaron al Perú vinieron con los españoles en 1532. Las dulces algarrobas piuranas hicieron que no dejaran este paraíso de sabor. Así los piajenos, como los llamaron en la ciudad norteña del eterno calor, se hicieron emblema y hoy, Piajeno es el nombre propio de la más grande obra gráfica de su creador José Luis Córdova Rumiche o, simplemente, Luscor.

El caricaturista piurano, “mezcla de cañazo y chicha” como él dice, realiza sus trazos entre acordes instrumentales de música ochentera a todo volumen. Su genio amable, sonrisa pasiva y sencilla presencia nos dan la bienvenida. Su taller, como llama él a su estudio, que está en el piso tres del edificio Atlas, en la avenida Sánchez Cerro, es amplio, iluminado y fresco. Por momentos este santuario es invadido por el murmullo de la calle, entonces las notas urbanas se entrelazan con las musicales de su espacio hasta que decide cerrar las ventanas. Sobre el escritorio, su otro yo que se materializó en el papel hace más de 19 años y aún lo acompaña.

Luis Córdova tiene cuatro hijos. Tres son mujeres y lo capturan más que el mayor. Hasta ellas aprecian al quinto, Piajeno. Él lo contempla con cariño, es parte de su vida. Junto al papel, sus fieles instrumentos: regla, pluma y un lápiz blanco con el que no deja de juguetear.

En el seno de una familia con escasos recursos, nació su cariño por el arte. Amor que, según él, fue obsesivo. “Yo siempre quise ser artista”. Durante su infancia, el dibujo fue su refugio y su escape de ese ingrato mundo en el que le tocó crecer. Mientras los demás niños soñaban con ser médicos o astronautas, él estaba seguro de que quería ser dibujante.

Se declara admirador del pintor italiano Miguel Ángel Buonarroti, y suspira al recordar que desde niño deseó ser “un artista de esa talla”. A esa edad no faltaron voces de desaliento para el pequeño artista. “Con el arte uno se muere de hambre” o “no llegarás muy lejos” eran frases comunes. Hoy, el artista paciente como el burrito de sus trazos, sabe que eso no es cierto. “En el Perú, la fama no es sinónimo de riqueza pero como dibujante he sacado adelante a mi familia”.

El pequeño Lucho ganó muchos concursos a nivel escolar, que motivaron su desarrollo artístico y desde chico se sumergió en cuantas exposiciones pictóricas pudo. Siempre disfrutó estar en compañía de sus amigos pintores. Al finalizar su secundaria, en el emblemático colegio San Miguel de Piura, las caricaturas que hizo para la revista escolar fueron tan buenas que llegaron a las redacciones de La Industria y Correo. En ambos diarios colaboraría en 1972.

Las más de seis décadas que ha vivido, desde su nacimiento en Piura en 1953, toman forma en sus arrugadas manos. Ellas se rebelan contra la serenidad del artista. Impacientes, juguetean con el lápiz o hacen gala de sí y dibujan. Entre líneas aparece el simpático burrito que hoy, como desde hace 19 años, se luce en el diario El Tiempo. Entonces recuerda que el personaje nació al vencer a una motita de algodón y a un jañape productos de su mismo puño.

En 1991, El Tiempo quiso modernizar sus páginas de acuerdo con las tendencias del periodismo mundial. Necesitaban una caricatura propia. Conocedores de la experiencia del artista –Luscor había hecho caricaturas para Correo– le solicitaron crear un personaje especial para el diario. Fue cuando sus tres candidatos, inspirados en la flora y fauna regional –el burrito, el jañape y la motita de algodón– se disputaron el protagonismo caricaturesco en el periódico. Pero el burro, popular y emblemático animal de Piura, ganó sin rebuzno que se oponga.

“Cuando nació, el burro era flaco como yo”, bromea sin reparo. Luego le tomó cariño y lo fue embelleciendo “hasta que salió gordito, risueño y burlón”, comenta. Quiere que su Piajeno salte a la pantalla chica. Quiere verlo en dibujos animados. Al confesarlo sus ojos brillan emocionados. Se alegraría si Piura es invadida por productos de marca Piajeno y sonríe anhelante al considerar la existencia de una Piajenolandia.

El caricaturista, que silencia los rebuznos del burro para hacerlo hablar de política, asegura que a veces una caricatura es mucho más contundente que un artículo periodístico. Por eso, Piajeno es un personaje de opinión pública. Para él, su burrito es un ojo crítico que de modo jocoso y satírico comenta la situación de Piura y del Perú.

El niño que soñaba con ser artista fue el único peruano seleccionado para el libro catálogo ‘The house of humor and satire’ de Bulgaria en las ediciones de 1993, 1994, 1995 y 1996. Eso elevó mucho su autoestima, y el artista obtuvo un gran impulso en su carrera. El aprecio por sus láminas publicadas en Europa es notorio. Basta preguntarle lo que eso le significó para que con añorante gesto comente lo mucho que el viejo mundo valora las artes visuales y, en especial, el humor gráfico.

Entre sus diversas publicaciones destacan Pinto mi Piura (1986), Nacimiento de un héroe: Miguel Grau (1986), El encanto de Tampu Leroc, leyenda piurana (1993), Piajeno, el más grande – humor gráfico (1995), Risas y rebuznos (2002), Taita Dios nos señala el camino (2002) y ¡No me hagas reír! Piajeno (2005), donde su especial afecto por el singular burrito justifica las obras en su honor.

Por la boca de Luscor no salen quejas ni críticas, las alberga todas en su mente. Pero su vástago de tinta no calla. Piajeno aprovecha el don de la palabra con que lo dotó su autor y es capaz de decir cosas en público que el artista no diría. “Él piensa en voz alta –afirma el dibujante– de una u otra manera estoy retratado en él”. Sin embargo, hay algo que de modo innegable comparte esta dupla inseparable: los dos tienen paciencia de santo.

Luis, Lucho para los amigos, es autodidacta y sonríe al pensar qué habría pasado si hubiese estudiado en Bellas Artes. Este genio piurano del arte sabe que no basta sólo con dibujar. Es importante adquirir conocimiento. La lectura y el buen cine son su pasatiempo. Lucho sabe de música, arte, teatro, danza, cine y hasta puede opinar sobre diseño de modas.


Para nuestro genio, “la habilidad no está en las manos, sino en el cerebro”. Entre sus vicios figuran: comprar libros, música, películas y cómics para su archivo personal. En su currículum enlista el rechazo a ofertas para incursionar en política. En las caricaturas necesita ser imparcial y quiere seguir con el oficio de “fregar a todo el mundo”.

Su familia está siempre en su mente y es su principal motor. A ella dedica cada éxito. Luscor sabe que es un paradigma en casa y eso lo alienta y enorgullece. Es el mayor de 12 hermanos y el único que adoptó el arte como profesión. Aunque uno de sus hermanos toca la zampoña y la quena “como los dioses”, dice y otro es compositor de cumbias pero lo toman más como un pasatiempo.

De genio apacible, Luis Córdova le debe al Piajeno de sus caricaturas el rescate de la introversión. Desde que su vástago se impregnó en el papel, las invitaciones para actividades sociales no cesan. Eso lo ha obligado a dejar su “temblar de miedo al hablar frente al público” para preparar y dictar charlas. Consciente de la gran responsabilidad que es para él dirigirse a masas, lee a diario para mantenerse informado y toma muy en serio su profesión.

Ahora, mucho más sociable que hace unos años atrás, sabe que “sin asco” volvería a su oficio aún después de nacer de nuevo.

Fotografía: Arturo Peñaherrera

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