jueves, 6 de enero de 2011

PIURA: DIARIO EL TIEMPO - PIAJENO


PIAJENO
Por Carlos Arrizabalaga Lizarraga.
Diario El Tiempo 24/02/2008

Pedro Benvenutto Murrieta señalaba en 1936 que "el litoral norte presenta los mayores y más pintorescos" casos de "envilecimiento", como denomina él a ciertos términos "cuyo uso se evita ante personas de respeto" incluyendo entre éstos a piajeno: "Venía yo de mi chacra, en mi piajeno, perdóname la palabra". Es un interesante testimonio del origen vulgar de un término que hoy resulta tan propio y entrañable.


En realidad, el gremio de las "bestias menores" recibe en español muchas denominaciones: borrico, burro, asno, jumento, acémila, pollino, rucho, onagro... Es su desventaja frente a los "animales nobles" lo que estimula el uso de tantos sinónimos de origen diverso y la creación, además, de denominaciones disfemícas como piajeno.



Sólo la poesía en prosa de Juan Ramón Jiménez logró ennoblecer al burrito platero frente a la implacable carga negativa que se asocia al animal y a sus nombres.
Lo que es en Piura el hispánico burrito se fue aclimatando hasta acomodarse perfectamente al duro clima árido y arenoso, luciendo un pelaje gris pardo o amarillento y una fortaleza inquebrantable en su reducido tamaño tanto así que Enrique López Albújar le dedicó unos versos: "impasible y sencillo / como un fiel lazarillo". Y el paiteño Teodoro Garcés Negrón lo ensalza con fuerte sátira:
Lo que hizo el burro,
no lo hizo nunca
ningún diputado.

Desde Martha Hildebrandt (1949) en adelante, todos los lexicógrafos peruanos consideran que piajeno es una composición de pie ajeno como eufemismo que se habría envilecido en el uso. Así se le nombra en una estampa de José Vicente Rázuri:

Se puede distinguir el chiquero con chanchos de media ceba, el pie ajeno a la picota, la familia recogiendo algarroba.

Por mi parte sospecho que tiene otro origen, aunque carezco de pruebas consistentes. Pienso que deriva de piojo o de pique aunque reconozco que éste sería un origen menos lustroso y harto más difícil de aceptar cuando hasta Vargas Llosa menciona, en La casa verde (1963), que para ser un buen piurano hay que decir "guá" para mostrar asombro, llamar "churres" a los niños, "piajenos" a los burros, y formar superlativos de superlativos". El escritor emplea el término hasta en diez ocasiones a lo largo de la novela aclarándolo casi al final: "ese piajeno de pelaje amarillento y andares lentos y rumbosos.
Es difícil datar la introducción del término pero estimo que debió ocurrir a inicios del siglo XX y no en tiempos coloniales, como algunos de nuestros científicos sociales suponen, como para evidenciar la antigua vitalidad económica del piajeno. Siempre hubo necesidad de bestias de carga en la región, por ser zona de tránsito y comercio frecuentes. El propio José Ignacio Lecuanda (1793) testimonia que el desierto mantenía "muchos caballos, mulas y burros; y aunque carece del pasto común y del agua, buscan por el olfato unas raíces que llaman yucas de monte, que les suple lo uno y lo otro."
Hasta donde alcanzan mis pesquisas, el primero en utilizar el término fue Enrique López Albújar, recién en 1927, en su relato "Las dos carrozas". Ello demuestra, de paso, el sincero criollismo del escritor. Un choque automovilístico lleva a un campesino del bajo Piura a mostrar su rechazo al moderno invento: "No hay como el piajeno". Francisco Vegas Seminario lo emplea ya con profusión en 1956: "cholo marrajo, más fello que un piajeno", "velay con el piajeno mojino", etc. Piajeno todavía era palabra "vil" en los años 60, en que Lola Cruz de Acha le dedica un poema encantador:
Por favor, patroncito, y usted también niñita,
en dispensando la mala palabra,
un piajeno.
¿sus mercedes no me han vido?

Estaba presente también en la paremiología local pues era frase al parecer usual, según Carlos Camino Calderón: "A la china mañosa y al piajeno, con la nicula se compone", en la que se aconsejaba aplicar cierta violencia de género con igual violento anacoluto.
Antes de 1927, las veces en que hay referencia a las particulares acémilas piuranas se emplean los términos burro o jumento, como en el Informe de Joaquín de Helguero (1802), de crudeza aplastante:

Pagan el agua a los indios sechuranos, y a razón de tres pesos carga (...) que pueden ser dos, tres, o cuatro calabacillos, que contienen el agua, y cargan sobre unos ridículos jumentitos extenuados y de cortísimo paso.

El regionalista José Vicente Rázuri atribuye -sin ningún fundamento- la creación de piajeno al mismísimo Ricardo Palma, acusando a "los indígenas" de haberla maltratado al cambiar la e por la a. Rázuri fue quien presentó por primera vez al piajeno como figura emblemática de la región, lo que Vargas Llosa plasma en su novela. El término originalmente despectivo se torna en vocablo cariñoso y designación telúrica enfrentada a la "cultura de las máquinas" hasta exaltar en él, como hace Carlos Robles Rázuri ya en los años 80, un "símbolo de Piura" por su trabajo y su amistad. Símbolo que Luis Córdova Rumiche (Luscor) convirtió en una viñeta que periódicamente muestra la figura de un amable y orejudo piajeno, ya registrado (desde 1996) como una propiedad intelectual. Piajeno se ha convertido así en nombre propio, aunque sea de un ser ficticio. No hay ejemplo más patente de mejoramiento semántico de este querido personaje que ennoblece la prensa regional

RECONOCIMIENTO
Diario El Tiempo 17/09/2010

Durante el lanzamiento de Promo Libro, la Municipalidad otorgó un reconocimiento al periodista y creador del popular “Piajeno”, Luis Córdova Rumiche, por su contribución al desarrollo de la educación artística y promoción de la cultura. “El Piajeno se ha constituido como un personaje emblemático de la cultura visual de Piura, de alguna manera ayuda al proceso de la lectura sintetizando los mensajes”, refirió Luis Córdova.

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