Palabras de fin de año...

Generalmente no escribo directamente en el blog. Entre otras cosas porque toma tiempo redactar algo que valga la pena y, en parte, mucho de mi punto de vista está implícito en mi trabajo, las notas que selecciono y cómo se estructura la página en general...

... Pero como estamos a fin de año y me da flojera subir otra cosa, comentaré algo como autor de historietas...

Se acaba el 2010 y, modestamente, pude editar de forma independiente un cómic, con sus virtudes y defectos. Anteriormente, había publicado mis trabajos por Internet y hasta en salas de exposición cultural pero no en el formato impreso, con la magia peculiar que le da el papel.

Creo que el libro impreso o el formato seriado son los soportes del cómic como producto cultural-comercial. Me parece que el formato digital, en lo que respecta a las artes gráficas, apunta más a destellos y cosas impactantes, orientadas más al humor gráfico o al impacto visual que a la narración de una historia. Que se lee comics en Internet o en la computadora es una realidad, pero creo que, sentado frente al monitor, este tipo de narrativa tiene una competencia muy fuerte con el youtube, los videojuegos, las series, películas y la multimedia en general.


En ese sentido, me parece que quien quiere hacer y vivir de y/o para la historieta debe apuntar a los anaqueles de las librerías y tiendas afines, y así esperar a ese público que específicamente está esperando invertir su tiempo de ocio con el cómic.

¿Y por qué sería importante poder sostener económicamente el cómic? Pues es evidente que nadie quiere morirse de hambre. Si me dedicara netamente a la venta de mis historietas tendría que recurrir a los comedores populares y mucho de caridad para seguir adelante.

En mi caso, comparto mi actividad con la labor docente. Otros colegas se dedican al diseño gráfico, la ilustración, trabajos a pedido y así, dividimos nuestra actividad historietística con alguna otra que nos permita subsistir. La principal consecuencia negativa de esto es la falta de tiempo: el desconectarte con tu obra, tener menos horas o días para pulir tu técnica, para renovarte culturalmente y así. Entonces, como historietista ando al 20 ó 30%, ofrezco parcialidades y veo lejana todavía aquella obra que me sorprenda por su buen nivel.

Me gustaría, por ejemplo, que el Día de la Historieta Peruana los organizadores tengan el buen criterio de 1) Permitir la exhibición de cómic peruano en general (si es el día de la historieta peruana, deberían convocar un poco más a la gente de provincia), y no centralizar la exhibición a lo ofrecido por una sola tienda y 2) No nos cobren a los autores locales por vender nuestro trabajo, que al menos sea un estímulo ese día poder trabajar sin las comisiones de 35 ó 40%.

En ese sentido, apoyo lo que se ha venido gestando a partir de los Plantones de Cómic, pues es un espacio en movimiento, donde se difunde la historieta peruana de forma plural, y sin cobrar comisión a los autores, que ya andamos bastante trajinados al elegir esta actividad.


Cómic peruano hay: limeño, arequipeño, trujillano, cusqueño; pero creo que las redes comerciales deben trabajarse mucho más para que así los autores le dediquemos cada vez un mayor tiempo a lo que debemos hacer: historieta. Esas redes pueden extenderse de ida y vuelta hacia los países vecinos, pues el problema comercial de las editoriales lo padecemos en condiciones similares toda Latinoamérica.

Feliz año nuevo lector, lectora del blog.


Que el próximo año sea mejor.