jueves, 5 de junio de 2014

LUCINDA, PLENITUD Y AUSENCIA



LUCINDA, PLENITUD Y AUSENCIA
Por: Carlo Gonzales Ocampo


Reconfortante y cautivadora la manera de contar que desarrolla Ale, una imagen de página de una expresividad arrebatadora y suficiente para ser leída en las pautas que ella plantea. Su composición esta  expresada como narrativa de excepción en síntesis de imagen y palabra, llegando el pensamiento del personaje a tener un discurso gráfico y textual propio. La ilustración al servicio del relato, pero siempre el relato. Una línea limpia que acude a la mancha; una mancha que se refuerza en la celeridad de la línea.

Los personajes de Ale están comprometidos como solo se puede comprometer uno consigo mismo; estos transitan por un mundo que parece desprovisto de placer o satisfacción, y guardan para si esa sonrisa  tan desprovista de parecido. El desafió cotidiano de la vida los hace más singulares en cada momento. Sus preguntas son nuestras y  la historia se nos complica simplemente porque se les complica a ellos. Al final alcanzamos a leer las  crisis existenciales de sus personajes como  acontecimientos bellos en la medida en que su resolución permite otorgarle un sentido a su existencia en pro de un proyecto vital.

Las des adaptaciones de sus personajes están fundadas en las percepciones del mundo y en las formas de la tragedia; les  es preciso inventarse una moral que cobije su libertad humana: sus sentimientos de angustia, desamparo y desesperación.

Lucinda la niña del impermeable es una esplendida historia, que íntima y agradablemente  nos conduce,  desde los ojos de la niña, a la tierna posibilidad de tocar sus cartones; cartones en los que nos proyectamos; aquellos que nos significan una  cubierta que  puede albergarnos o una superficie que puede albergar nuestra creación. La tragedia se nos presenta con el desgarro de la finitud de esta vida cartonera, algo que termina matando un poco a la niña y a nosotros.

La máxima riqueza de este relato esta en lo que cuenta sin contarlo. Bien logrado el planteo del  porvenir contemplado. El ser y el parecer; la niña y su impermeable; la niña y el elemento de protección, delimitación, identificación… al final solo un elemento más de un mundo que requiere ser propio ante todo lo que se contempla como ajeno. Un retrato psicológico perfecto de ser y circunstancia

Alexandra Torres Novoa

Trujillo, Taller de Historieta de Alexandra Torres



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