¿Dónde comenzó Punto Aparte?
Tania: El grupo tiene 14 años. Comenzamos
en Ica, con la revista Sui Generis
(1998), proyecto que iniciamos con un amigo más y mi hermana. Por diversos
motivos, continuamos con mi hermana al año siguiente, aceptando pasar de la
impresión offset a la copia fotostática, con tal de seguir publicando. Tomé el
nombre que mi hermana quería para el grupo originalmente: Punto Aparte. En esos años, muchos autores empezaban a publicar con
nombres en japonés pero nuestro idioma es el quechua y el español. Queríamos diferenciarnos,
haciendo algo que no era precisamente ni manga ni comic.
Con respecto al estilo, siempre
quise hacer algo propio, no copiar un autor. Mi forma de narrar es distinta,
híbrida. El manga es más cinemático, más secuencial; el cómic es más narrado,
más denso; el europeo es más introspectivo, etc.
En el 2002 vine a Lima, para
trabajar en un proyecto de animación. Ahí conocí a Javier Prado y a Carlos
Nava. Con ellos aprendí nuevas cosas, lo que era el cartoon, la animación, el dibujo de figura humana, así como nuevas
formas de componer la página, más como diagramadora.
En el 2005 se incorpora Giovanni.
Giovanni: Yo estaba en otra cosa,
antes dibujaba para mí nada más. Quería dibujar (veía manga y anime). En el
colegio dibujaba, paraba dibujando, pero mi círculo no era el del cómic, hasta
que conocí a Tania en un foro de Internet: encontramos una buena excusa para empezar
a salir. Me regaló sus fanzines, empecé a colaborar con ella y así comencé a hacer
más historietas.
¿En su familia hay personas vinculadas al cómic?
T: En mi familia todos dibujaban
pero como no les daba plata se dedicaron a otras cosas. Mi hermano, que es
médico, hacía sus historietas de astronautas, mi primo hacía doujinshis, etc. pero al final decían
que no se podía vivir de eso. A diferencia de ellos, yo sí quería vivir de mi
dibujo.
G: Mi papá estudió ingeniería industrial
y ahí tenía que dibujar cosas. Ellos querían que yo termine trabajando en un banco
porque a eso se dedicaban varios miembros de mi familia. Un día decidí salir de
mi casa y vivir con Tania para poder seguir con lo que quería. Dejé mis privilegios para poder dedicarme a esto.
¿Cómo se dividen el trabajo? ¿Qué roles cumple cada uno?
T: Inicialmente, cada uno
desarrolla sus propias historias. Luego, observa lo del otro: comenta, critica,
corrige los errores ortográficos, etc. Una especie de control de calidad.
G: Los dos opinamos. Como hay
confianza, las críticas se toman a bien, sin malicia.
¿Qué caracteriza su trabajo?
T: Es un estilo más
introspectivo. No pensamos en vender sino en simplemente hacer lo que nos
gusta, expresar nuestros sentimientos. Más lo consideramos un cómic de autor.
Que le guste a las personas ya es muy
diferente
G: Algo que no se encuentre en
Internet, que no se haya visto en otros lugares. Porque a veces hay revistas
que, cuando les gusta algo, lo repiten sin darse cuenta. Trato de no dibujar lo
que consumo, separar ese lado subconsciente.
T: Ya hay historietas tipo Naruto y realizas algo así. Lo que
hacemos, por ejemplo, con Los zombies
también lloran no tiene nada que ver con Thewalkingdead. Eso es lo que le gusta a otras personas, que sea
diferente.
G: Tratamos de hacer lo mejor que
podemos.
Explíquenme sus principales productos. ¿A qué público van?
T: Eutanasia y Los zombies también
lloran son los que tiene más acogida por el público y los que se publican
con más frecuencia. Tienen su propia publicidad también, de gente que sola ha
venido para auspiciar la revista. Gólgota
se demora tanto porque los colaboradores también se demoran en entregar su
trabajo.
G: El Eutanasia y Los zombies
también lloran se pagan solos.
T: Nos consumen de todas las
edades: gente de 15, 40, 50 años…
G: No tenemos una edad promedio en
nuestro público. Aunque estamos frecuentemente en convenciones de jóvenes,
cuando llegamos a otros lugares, gente de otras edades también consume nuestros
productos.
¿Su proyecto es viable comercialmente o realizan alguna otra actividad
en paralelo para poder financiarse?
G: Antes, como trabajábamos
dibujando, pagábamos la revista con eso; pero después de unos meses ya se
pagaba sola (Eutanasia). Ya estamos en un punto en que podemos pagar nuestras
cosas. Nos hemos ausentado de otros trabajos, hemos sacrificado algunos
clientes, trabajos de oficina, etc. para dedicarnos a lo nuestro en las
ediciones. Me parece que ya estamos viviendo de nuestras historietas y de las
cosas que tenemos (mercadería asociada). Eso es lo bueno. Si viene un trabajo de afuera, que no es
historieta, puede caer bien pero no es indispensable.
T: Pagando el cuarto, el Internet,
las ediciones, etc.
G: Es agotador pero vivimos de
eso. Ya logramos lo que queríamos: vivir de nuestras historietas. Ahora lo que
queremos es subir nuestras ganancias, poder pagar más cosas, como es normal en
cualquier trabajo. Uno comienza con un sueldo y luego busca algo más.
Cosplay de los personajes de sus publicaciones. Lima Comics 2011.
¿Tienen algún objetivo a mediano plazo?
T: Aumentar el tiraje para llegar
a kioskos pero todavía falta algo porque todo el mundo ha tenido problemas con
los distribuidores.
G: Aumentar el tiraje implica
poder abrir nuevos proyectos, nuevos espacios para otros autores. Pero nos
faltan manos y la gente no puede trabajar gratis. Tenemos que tener algo para que la gente siga produciendo
y poder crecer. Somos dos todavía.
¿A qué autores admiran?
T: Enrique Corominas y Fernando
de Felipe, los conocí con la revista Creepy;
Mike Ratera también; los argentinos que hicieron Cibersix (Carlos Trillo y Carlos Meglia). De anime, me gustaba el
animador de Lady Oscar (Shingo Araki).
Aunque no sé por qué algunos me decían que mis diseños se parecían a Gokú.
G: Creepy; los libros de Calabozosos
y dragones, de los juegos de cartas (Magic:
El Encuentro), tienen sus historias. Los videojuegos también tienen sus
historias, a veces de sesenta horas.
T: Los diseños de Street Fighter II me encantaban.
¿Creen que algo de estos trabajos está presente en sus publicaciones?
T: Sí, creo, al menos en lo de
terror. Las historias te dejaban pensando. De Felipe. De Ratera dibujaba todo
sucio pero era detallista. Me gustaban sus historias. Yo también quería hacerlo así pero como era chibola me
salían más comedias, parodias, humor absurdo. Los personajes se me salían de
las manos. Ahora con la madurez puedo hacer algo más serio. Creo que la
experiencia (de vida) de uno vale.
¿El proceso creativo de cada uno es similar o muy distinto?
T: La mayoría sale de sueños. Me
despierto y quiero hacer algo que he soñado.
G: Yo tengo un problema de joven.
De la nada comienzo a divagar, me pongo a pensar todas las cosas que puedan
pasar. Tengo esa manía de pensar las situaciones. Otro problema es que no puedo
dormir y ahí se me ocurren cosas.
T: Giovanni a veces me propone un
tema y de ahí empiezo a generar la historia. También es porque me encanta leer,
cosas de fantasía, ciencia ficción, Lovecraft, ¡hasta la Biblia he leído! Para
sacar historias…
G: A veces quiero hacer una
historia triste y me pongo en esa situación... y el cerebro tira una serie de
cosas que no pensaba que estaban ahí. Quiero algo loco, por ejemplo, y se me
empiezan a ocurrir las cosas… A veces te imaginas algo que quieres que te pase
pero sabes que nunca te pasará...
T: Ganarte la lotería (risas)
Video promocional del compilatorio de la historieta Obsesión.
¿Cuándo les parece que una historieta está bien realizada?
T: ¡Sólo lo hacemos! (risas) Le
digo a Giovanni, él me da su opinión y ya.
G: Que se entienda creo que es
importante. Nos preocupamos de que la historia se entienda. Cuando la persona
lo entiende y le gusta para mí la
historia ya está bien. A veces uno quiere alargar las historias pero por el
espacio ya tenemos que cortarla. En cualquier historia puedes hacerla más larga.
Usando un poquito de imaginación puedes alargar y meter las historias de una
manera, le aumentas una hoja y ya a cambia todo.
¿Qué creen que opina el público de lo que hacen? Qué comentarios
reciben?
T: La gente siempre dice que les
gustan las historias. Una vez un señor decía que le parecían bizarras y que por
eso las compraba. Las alquila en un cono y la Eutanasia es la más pedida.
G: Yo diferencio el gusto entre
la persona que consume historietas. Es algo distinto a la persona que
simplemente lo lee y sigue con su vida. Los no-coleccionistas
simplemente ven las historias, si les gusta o no. Los coleccionistas sí son más
especiales, quieren que las viñetas estén hechas de tal o cual manera… De las
dos partes no he visto que se hayan quejado. Dicen: “voy a seguir comprándola”.
Un chico una vez compró y dijo que no le gustaba ¡pero seguía comprándola!
T: ¡De repente es masoquista!
(risas)
G: Igual siempre somos
conscientes de los errores. Tratamos de mejorar las cosas. Que el dibujo vaya a
la par, pero si nos ponemos a hacer algo súper elaborado sabemos que no vamos a
poder sacar la revista cada dos meses. Tenemos que hacer un dibujo que vaya con
la historia y que no sean tan manga, tan comic, etc.
A la gente le tenemos que dar las
gracias siempre. Tratamos de que la revista tenga un buen precio y que la gente
sepa que se ha llevado algo que la ha entretenido al menos por un momento. Eso
es lo que hace que la gente la vuelva a comprar. Algo se le debe quedar ahí.
Eso es lo que tratamos al menos.
Por eso no hacemos tanto barullo
de nuestras cosas.
¿Consideran que la movida de cómic está igual, mejor o peor que hace
unos años? Por qué?
T: Yo creo que está mejor si
consideras que hay más grupos que antes. De los 90s para el 2000 me acuerdo que
no había casi nada de historieta. Ahora hay nuevas personas, nuevos grupos que
nacen, otros se mantienen, otros mueren. Si te refieres a que hay bastantes
grupos sí me parece que está mejor.
G: Sí hay bastantes grupos pero a
los chicos que nos han preguntado, que quieren un consejo, les decimos que no
se crean todo lo bonito que está en el facebook.
T: Piensan que se van a hacer
famosos, que van a vivir de esto. Nadie se vuelve millonario de la noche a la
mañana. Se decepcionan, se chocan con la triste realidad. Nosotros la hemos
sufrido. A veces en Ica vendía 5 o 6 revistas. Pero siempre hemos seguido, fieles
al castigo. Yo quería eso simplemente, mostrar mis dibujos.
G: Sí hay más movida. Sí hay más
ferias. Puedes poner tu espacio. Así pierdas cien soles del alquiler por lo
menos sé si voy a vender o no en ese lugar y se gana la experiencia de saber lo
que el público opina de tus revista, con el tiempo nos hemos vuelto todo terreno (risas).
Indeleble Fest 2013. Zona 30.
¿Qué cosas están pendientes?
T: Mucha gente cuando saca una
revista lo hace muy a la loca. Siempre está con la idea de que “yo soy el
mejor”. Les falta un poco de humildad con sus historietas. No creer que lo que
hacen es lo mejor. Hay un montón de chicos que dibujan bonito pero no saben
contar bien una historia. Uno debe pensar más y cranear. A veces quieren hacer su manga de 800 páginas y al final
nada. Siempre les recomiendo que empiecen con algo más corto, de a poquitos.
Hacer cuatro hojitas y de ahí aumentar páginas.
Uno no puede vivir de sus viejas
glorias y tener capacidad autocrítica. “Uno es su mejor critico” decía Todd McFarlane.
Uno siempre debe tratar de dar lo mejor sí.
G: Sacrificio.
He visto a varias personas con
buenas historias, buen dibujo, pero tienen el miedo de dejar su trabajo y dedicarse al 100% en beneficio de su sueño. He visto a
varias personas que sacan su revista y luego me están diciendo “¿dónde la vendo?”.
Es complicado estar atento a personas ajenas. Uno mismo debe tener el interés
de dónde venderlo, en qué evento hacerlo conocido. Hacer que termine bien el
dibujo, la historia. Es sacrificio. Muy aparte de que la persona a veces quiera
hacerse una publicidad inmensa pero está descuidando lo que está haciendo y
dando falsas apariencias.
T: De qué te vale estar en todos
los medios si tu revista no se vende.
G: No ilusionar a las personas
con algo que no se va a poder cumplir. Hacen que la gente se decepcione. Uno
debe vender la revista tal como es. Si quiere ser la mejor debe mejorarla
interiormente. Sacrificio y autocriticarse. Es complicado porque el ego del
artista es difícil. El ego es el peor enemigo. Hacer caso a los amigos, ver cómo
reacciona la gente, etc.
T: Trabajo constante. Mucha gente
se desilusiona porque la revista no se vende.
G: La gente no lo reconoce porque
no es entendible. Tengo que llevar la revista donde tiene que ir. Si hago algo
que es para niños no la voy a vender en una discoteca. No vender las revistas
en lugares donde no está su público. Si hago una revista de necrofílicos, ¡me
voy al cementerio pues! Ahí está mi público…
T: Por eso estudie
comunicaciones. Todo eso lo puse en práctica con las revistas. La universidad sí
sirve (risas). Si te vas a meter a hacer historietas tienes que saber a qué te metes. Pisar tierra.
Caravana de comics.
¿Qué autores de la escena local les parecen buenos?
G: Galliquio me parece chévere.
T: A mí me gustaría que pueda
vivir de sus historietas.
G: Sus historias son chéveres,
son graciosas. En un periódico tipo El
Men podrían ir… Galliquio me gusta bastante.
T: Miguel Det también tiene buen
dibujo, buenas historias. Pero como es bien instruido a veces es difícil de
entender.
G: Cossío también, me gusta cómo
cuenta sus historias.
T: Eduardo yaguas. Me gustan sus
dibujos, sus acuarelas.
¿Les parece que la escena está saturada de independientes?
T: A mi parecer no porque no
todos están en ferias, en eventos. Generalmente no todos son de ir a varios
lugares. En ningún evento vas a ver a treinta. No se arriesgan. Cuando la
participación en el evento es gratis se pelean por entrar. No lo deben ver como
una pérdida sino como una inversión. Para mí no es perder dinero. Al final la
gente se da cuenta si te ve seguido…
G: Sí, normal, cualquiera que
saque. A veces hay problemas de grupos. Se separan, salen de forma independiente.
El mercado tampoco es tanpequeño como
para que se sature de autores. Hay un montón de gente en el Perú para venderle.
En literatura, por ejemplo, hay más editoras todavía. Hay cincuenta veces más
editoras y todavía no se satura. Hay una feria del libro que es grande y se
llena. Hay un montón de gente para poder venderle. Por eso hacemos las
caravanas de comics, para ir a la gente de la calle que no sabía que había
historietas peruanas. La cosa es salir de ese círculo de coleccionistas. Como
ejemplo, adentro de ese círculo hay tres mil personas; fuera hay 27 millones de
peruanos. Entre uno y otro, con el respeto que se merecen, yo prefiero ir a la
gente que no consume para poder ganar lectores y consumidores.
El medio no está
saturado. Si sacan más, mejor.
T: El problema es el ego y la
viveza de algunos. Por eso a veces es mejor caminar solo.
G: Lo bueno que Tania y yo somos pareja,
y nos apoyamos, tenemos los mismos sueños y metas que poco a poco estamos
logrando siendo sinceros con lo que hacemos. Trabajando y dejando trabajar.
Grupo Punto Aparte
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