martes, 13 de diciembre de 2011

100 años del nacimiento de Pepo


La mezcla era extravagante: un cóndor vestido de huaso chileno, con ojotas y cigarro en el pico. Para Pepo, sin embargo, la imagen reflejaba cabalmente la dura inmigración del campo a la ciudad que vivían miles de chilenos a fines de los años 40. Así fue como en 1949 el dibujante estrenó su nuevo personaje en las páginas de revista Okey: Condorito, el aventurero, un huaso pícaro, bromista y siempre con los bolsillos vacíos, que en cada entrega debía sortear los problemas de su nueva vida urbana. Fue un éxito y Pepo se transformó en uno de los caricaturistas más populares de Chile y Latinoamérica.
A 100 años del nacimiento de Pepo, bautizado como René Ríos Boettiger y nacido en Concepción el 15 de diciembre de 1911, una serie de exposiciones, charlas y nuevos libros le rinden homenaje a su figura y obra. Las celebraciones parten este sábado, con un muestra de revistas y dibujos originales del autor en el Museo de la Historieta (Esperanza 555, casa 25, Santiago Centro), además de una conversación con los dibujantes Jocar y Percy, contemporáneos a Pepo.
También, el jueves 15 se inaugura en la Universidad San Sebastián la exposición Pepo a muro abierto, que reúne a más de un centenar de dibujantes locales, quienes hicieron distintas versiones de Condorito. Las obras provienen del concurso que organizó la galería Plop! y Editorial Ocho Libros, quienes lanzarán en la ocasión el volumen 100% Pepo, una compilación de estas mismas obras. Entre los artistas destacan Rodrigo Salinas, Gabriel Garvo, Vicente Plaza y Sol Díaz, además del ganador del concurso, el artista visual Felipe Muhr.
Las facetas de Pepo
Aunque Condorito fue su gran éxito y proyectó su carrera internacionalmente, Pepo trabajaba en la ilustración desde 1932, cuando se integró a Topaze, revista dirigida por Jorge Délano (Coke). Allí, destacó por su agudo humor para retratar la realidad política. De su mano nacieron los personajes El jefe, inspirado en el Presidente Juan Antonio Ríos (su tío); Don Gabito, basado en Gabriel González Videla, y El Sonámbula, caricatura de Carlos Ibáñez del Campo. Pero Pepo no se quedó en la sátira política ni en el humor social de Condorito. También cultivó la viñeta picaresca. En 1946 fundó Pobre Diablo y colaboró con Can-Can y El Pingüino, desaparecidas en los 60. Antes también hizo humor deportivo en Pichanga e ilustraciones infantiles para el Peneca y Topacín.
Toda la versatilidad de la pluma del dibujante se verá en marzo, cuando la Biblioteca Nacional abra Ciudadano Pepo, muestra histórica que reunirá una amplia selección de revistas, obras originales, fotos, cartas y objetos personales de Pepo. Se complementará con mesas redondas y talleres.
De personalidad reservada, Pepo vivió alejado de la vida pública, sobre todo desde los 90, cuando dejó de caminar por una enfermedad a la columna y problemas pulmonares. En ese momento también dejó el dibujo. Eso sí, su personaje más famoso se las arregló para sobrevivir. Antes de morir, en 2000, el dibujante vendió los derechos a editorial Televisa, Inverzag y World Editors Chile S.A., las que hasta hoy publican al personaje en 13 países del mercado hispano. Además, el año pasado, Origo Ediciones lanzó una caja conmemorativa que compila las seis décadas de Condorito y su círculo de parientes y amigos: Coné, Yayita, Don Chuma, Doña Tremebunda, el perro Washington, Garganta de Lata, Huevoduro, Pepe Cortisona y un largo etcétera, que ya están en la memoria colectiva de los chilenos.

Texto e imágenes extraídas del diario chileno La Tercera.

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