lunes, 13 de diciembre de 2010

CUSCO: LIBRO DE RODOLFO MANGA



Caricatura del Dr. Enrique Gonzales Willis



Caricatura del quechuologo Andrés Alencastre Gutiérrez


Caricaturista cusqueño, Rodolfo Manga Alosilla


UNA OBRA NECESARIA


Con gran satisfacción el Instituto Nacional de Cultura, presenta el libro de Rodolfo Manga, el mismo que bajo el sugestivo título de “El artita hace lo que le da la gana”, ve la luz con los mejores auspicios.

La caricatura, es sin duda una de las mejores expresiones del arte, porque requiere del ojo certero del artista para captar las expresiones corporales de la persona, a las cuales se les añade el matiz de sus rasgos más distintivos. El maestro de la caricatura en el Perú, Vinatea Reynoso, sembró una escuela que durante el siglo pasado, alcanzó notoriedad en diarios y revistas de la más diversa tendencia. Hoy, sin duda que la figura más descollante es “Carlín”, a quien la crítica conceptúa como el más logrado de sus exponentes.

En el Cusco, debemos mencionar a Hugo Vela y al Chillico (César Aguilar), que han cubierto muchas páginas del acontecer local y nacional, poniendo en relieve a los personajes más notorios de la política y del discurrir cotidiano.

La obra de Rodolfo Manga, es oportuna, pues llena un vacío en la difusión que deben alcanzar los artistas que cultivan el arte de la caricatura, que como en su caso requiere de una fuerte dosis de talento y de imaginación, para plasmar la figura del personaje escogido. Pero no sólo debe resaltar el talento del artista, como ocurre con la obra de Manga, sino que debe mediar el sentido del humor, el chascarro y del rasgo travieso que es propio del lápiz y del pincel del autor.

El INC, al presentar la obra de Rodolfo Manga, lo hace con la convicción de que en esta forma contribuye a que la obra de un artista cuzqueño de primer nivel, no se pierda, sino que quede como testimonio de una época y de los personajes que lograron figuración, desde la óptica de la caricatura, que nunca debe ser entendida como la imagen distorsionadota de la persona, sino como una creación risueña del espíritu de nuestros tiempos.


Jorge Zegarra Balcázar